Cuando vives en la ciudad, la idea de una piscina es la de aguas azules y sobre cargada con cloro para desinfectar la gran cantidad de bacterias y gérmenes que viven en el agua. Las piscinas comunes son hermosas, pero en realidad suelen representar un desperdicio de agua. a pesar de los sistemas de reciclaje de agua actuales. Si te preocupa el medio ambiente tanto como a mi, y no te gustaría prescindir de una piscina, te presentamos una nueva opción, que conjuga estilo y consciencia: las piscinas ecológicas.
En las piscinas ecológicas se prescinde de los químicos para purificar el agua para dar lugar a soluciones orgánicas. Por medio de la observación de la naturaleza y su búsqueda de equilibrio, se trata de emular el ambiente natural de un estanque utilizando cierto tipo de plantas, localizadas estratégicamente para aprovechar sus propiedades de purificadoras y oxigenadoras. Plantas como la espadaña, cola de gato o Typha son las preferidas, pues ayudan a remover el nitrato y el fosfato de las aguas, previniendo la formación de algas.
Prácticamente, el único cuidado que necesitan las piscinas ecológicas es no permitir que la temperatura del agua suba demasiado, por lo que se deben plantar árboles frondosos en la dirección corriente, además de remover hojas secas y limpiarla de tanto material orgánico como sea posible.
Pero no creas que nadarás entre ramas y hojas: estas piscinas se dividen en dos partes, una de ellas contiene las plantas y las piedras que renuevan el agua, y otra parte libre en la que puedes nadar y que posee un fondo de plástico resistente y seguro. El resultado es una piscina con un ambiente decididamente natural, con mucha más personalidad y posibilidades de paisajismo que las tradicionales. Hermosas, ecológicas y menos costosas, una opción ideal para nosotros y para el ambiente.
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Imágenes: Ecothinker