Cada vez más, las piezas recicladas son habituales en nuestros hogares. Papel, cartón, plástico, metal, madera, porcelana, cristal… todo es susceptible de recibir un nuevo uso a partir de un proceso de adaptación más o menos sencillo.
En algunos casos, solo necesitas tener imaginación y encontrar nuevos usos para piezas descartadas. Es el caso de muebles como alacenas, sillas de jardín o mesas de noche antiguas que cambian de lugar y duplican su uso útil, platos, fuentes, tazas y jarras de porcelana o botellas que incluso desclasificadas o rotas pueden servir como piezas decorativas.
Cajas que con una mano de pintura se convierten en estanterías, mesas o cajones. Palets que son muebles deslizantes solo añadiendo unas ruedas, se convierten de base para sofás o mesas, o contribuyen a hacer paneles para ordenar los papeles o los complementos añadiendo unos enganches y una mano de pintura.
Con los cubiertos, las latas y los botes vacíos pueden hacerse desde manivelas hasta tiradores, pasando por originales lámparas, maceteros, floreros o cuadros. Y las típicas pinzas para ropa en madera, valen más allá de los ceniceros de las manualidades escolares, para hacer piezas de auténtico diseño.
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Una guía de teléfonos que se convierte en lapicero, unos neumáticos coloreados que pasan a base de asientos de jardín, unas perchas que se convierten en lámpara o un futbolín en perchero de pared. Cola, tijeras, regla, cutter y un poco de pintura será todo lo que necesitas.
Reciclar sin perder el estilo y la elegancia de tu hogar es sencillo y tus piezas serán únicas una y otra vez. En toda las casas, reciclar es cada vez más la mejor opción decorativa.
Fuentes: AmarilloVerdeyAzul, Ikkaro, EcoTurismo